Las nuevas tecnologías han revolucionado el mundo tal y como lo entendíamos antes de su llegada. La forma de comunicarnos y las nuevas modalidades de trabajo, como el teletrabajo y/o trabajo híbrido, en parte aceleradas por la crisis del coronavirus, son algunos de los cambios que los dispositivos electrónicos han traído consigo. Y si bien es cierto que no necesariamente tienen un impacto negativo en nuestras vidas, la hiperconexión digital puede tener repercusiones en nuestra salud física y mental. En este artículo hablamos sobre los riesgos del exceso o mal uso de las nuevas tecnologías.
¿Qué es la hiperconexión?
La llegada de Internet y las nuevas tecnologías (TICS) ha supuesto un gran avance en nuestras vidas. Ahora podemos acceder a grandes cantidades de información, de una manera sencilla y gratuita. Esto trae consigo grandes beneficios como, por ejemplo, la posibilidad de trabajar de manera deslocalizada y comunicarnos desde cualquier punto del mundo. En definitiva, la cultura digital y la utilización de los medios tecnológicos han trasformado nuestros hábitos de vida, e incluso nuestras costumbres y lenguaje.
Sin embargo, hacer un uso inadecuado de estos dispositivos, incluyendo las redes sociales, puede llevarnos a un estado de hiperconexión digital por la necesidad de estar permanentemente conectados. Este uso prolongado sin descanso puede dar lugar a la aparición de fatiga informática, entre otros riesgos que ponen en juego nuestra salud.
Signos de alerta la hiperconexión
A continuación, se mencionan algunas de las señales de alerta relacionadas con la hiperconexión:
- Angustia e irritabilidad ante la desconexión total de las nuevas tecnologías.
- Dificultad para permanecer mucho tiempo sin dispositivos digitales cerca.
- Sensación de desconexión ante la falta de uso de la tecnología.
- Nomofobia o miedo a estar sin teléfono móvil
- Publicación continua en redes sociales.
- Alteración de las relaciones sociales.
- Necesidad de dar una respuesta rápida en diferentes plataformas, como WhatsApp y Gmail.
Consecuencias y riesgos de la hiperconexión
La hiperconexión ha sido ampliamente relacionada con problemas de salud, tanto física, como mental.
Desde el punto de vista de la salud física, el uso prolongado de pantallas digitales como tablets, smartphones y ordenador se relaciona con la aparición de Trastornos Visuales, como es el caso del Síndrome Visual Informático, así como con los Trastornos Musculoesqueléticos.
Asimismo, la hiperconexión también deriva en problemas de salud mental por el uso del móvil y otros dispositivos electrónicos. Uno de estos riesgos es el tecnoestrés, que hace referencia a un tipo específico de estrés vinculado al uso de las nuevas tecnologías y que aparece por un uso excesivo, unido a la falta de competencia digital.
Entre los diferentes tipos de tecnoestrés (INSST)cabe mencionar la tecnoadicción, o adicción a las nuevas tecnologías, que se manifiesta por la necesidad de hacer uso de estas de una manera compulsiva.
Entre las consecuencias del tecnoestrés destaca la dificultad para conseguir el equilibrio trabajo-familia, los problemas de sueño y trastornos psicosomáticos. En lo laboral, cabe mencionar consecuencias como el burnout e incluso el absentismo.
Hiperconexión y exceso de información
El acceso a Internet presenta múltiples ventajas. Sin embargo, la búsqueda constante de información y la necesidad de estar actualizados constantemente nos hace dependientes de información, que no siempre sabemos gestionar de manera adecuada. Esta sobreabundancia de información puede generar cierta superficialidad en el procesamiento de la información.
Además, la sobrecarga informativa o infoxicación, puede dar lugar a una baja productividad en el trabajo.
Impacto de la hiperconexión en las relaciones sociales
Evidentemente, la hiperconexión a las redes sociales también tiene un impacto en las relaciones con los demás. El uso de las redes sociales como herramienta para el contacto social, se ha relacionado con la creación y el mantenimiento de vínculos líquidos. Este tipo de relaciones superficiales pueden generar una sensación de vacío y malestar.
De igual manera, las redes sociales también pueden originar conflictos entre las personas por la malinterpretación de los mensajes.
Riesgos de la hiperconexión digital en el trabajo
No atender a correos y llamadas fuera del horario laboral es uno de los retos a los que se enfrentan los trabajadores, con la digitalización del trabajo. Se ha demostrado que 3 de cada 4 trabajadores están en riesgo de sufrir los efectos de la conocida como hiperconexión laboral.
Entre los riesgos asociados a la hiperconexión digital destaca principalmente el aislamiento y la sobrecarga laboral. De igual manera, la conexión digital excesiva tiene un impacto en el rendimiento laboral y la satisfacción del empleado.
La desconexión digital en las organizaciones
La Ley 10/2021, de 9 de julio, de trabajo a distancia regula el trabajo a distancia y la desconexión digital de los trabajadores. Esta, pone énfasis en la exposición que los trabajadores a distancia pueden tener ante la situación de hiperconexión y sus consecuencias.
Asimismo, en ella se establece la necesidad de elaborar políticas internas para garantizar el derecho a la desconexión digital y el uso razonable de las herramientas tecnológicas.
Consejos para evitar la hiperconexión digital en las empresas
De cara a garantizar la desconexión digital en los empleados, es necesario que las empresas desarrollen estrategias que vayan alineadas con una cultura de desconexión. Por tanto resulta imprescindible que la empresa transmita a sus miembros los riesgos que conlleva la hiperconexión digital, tanto para la salud y bienestar, como para el rendimiento laboral.
Por otro lado, la implantación de protocolos que aseguren el manejo adecuado de las tecnologías ayudará a evitar un mal uso de las mismas y permitirá la desconexión al finalizar la jornada laboral, creando además hábitos organizativos saludables.
Para garantizar la desconexión digital es importante establecer medidas de salud en el trabajo. En Stimulus te ayudamos a gestionar los riegos psicosociales derivados de la hiperconexión, logrando así el bienestar individual y colectivo en las organizaciones.
