En los últimos años la salud mental se ha convertido en uno de los pilares principales, sobre los que cada vez más se está poniendo el foco, tanto en el ámbito público, como en el privado. Así, en las empresas, cada vez es más común que se instauren nuevas y numerosas políticas para reconocer y actuar de manera temprana sobre las condiciones que pueden impactar y poner en riesgo la salud mental de los trabajadores.
Papel del Gobierno en la protección y promoción de la salud mental en el trabajo
A finales de 2021 y tras doce años sin actualizarse, el Sistema Nacional de Salud (SNS) publicó la Estrategia de Salud Mental 2022-2026. Esta estrategia tiene como fundamento la promoción de la salud mental y el reconocimiento de los derechos humanos de todas las personas con algún tipo de problema de salud mental. El objetivo principal de este plan es buscar la equidad, la sostenibilidad y la calidad en la atención a las personas con problemas de esta índole y promover políticas de atención de la salud mental a todos los niveles.
En los últimos tiempos, y tras las situaciones ciertamente extremas, desde el punto de vista de la salud mental, a las que estamos haciendo frente, los especialistas indican que la demanda de programas de bienestar emocional y psicología online aumentó más de un 24% en 2020. Del mismo modo, la contratación de programas con telepsicología para plantillas también ha incrementado hasta en un 35% desde entonces. Y este es precisamente uno de los objetivos de la Estrategia publicada por el Gobierno, promover esta clase de iniciativas en la empresa, a fin de proteger la salud mental de todos sus empleados.
Intervenciones para proteger y promover la salud mental en el trabajo
En su Plan de Acción de Salud Mental, la Organización Mundial de la Salud (OMS) subraya que una buena salud mental es un componente integral de la salud y bienestar de la población y que contribuye al funcionamiento de las personas, familias, comunidades y a la prosperidad social y económica de la sociedad.
A su vez, la salud mental puede verse afectada por una serie de factores socioeconómicos que tienen que abordarse mediante estrategias integrales de promoción, prevención, tratamiento y recuperación. Los determinantes de la salud mental y de los problemas de salud mental incluyen no solo las características individuales, sino también factores sociales, culturales, laborales, económicos, políticos y ambientales, entre otros.
Por ello desde las organizaciones, poner recursos de salud mental a disposición de los empleados debe ser una prioridad y formar parte de la estrategia organizativa.
Formación de directivos para salud mental
Crear una cultura de trabajo inclusiva y diversa, abierta a la salud mental, es otro factor a considerar dentro del ámbito de las organizaciones. En la actualidad, son destacables las empresas que tienen mayor conciencia sobre la importancia, no solo de contar con equipos diversos, sino también de impulsar de manera constante un entorno inclusivo donde cada uno de los integrantes sea bienvenido y pueda sentirse cómodo para prosperar.
En este sentido, se debe tener en cuenta que los riesgos psicosociales afectan a la salud mental. Las cargas de trabajo excesivas, las exigencias contradictorias, la falta de claridad, la comunicación ineficaz o situaciones de posible acoso, pueden producir resultados psicológicos negativos, como estrés, agotamiento o incluso depresión. Un entorno psicosocial favorable fomenta el desarrollo personal y el buen rendimiento, así como la salud y el bienestar físico y mental del trabajador.
Así, formar a los altos cargos en salud mental es un primer paso esencial que se debe considerar en todo plan de estrategia organizacional, orientado hacia el cuidado de la salud mental. La formación entre otras cosas permite sensibilizar sobre su importancia, conocer los riesgos derivados de una falta de gestión y desarrollar habilidades necesarias, como la empatía y otras habilidades de gestión interpersonal. Estas son importantes, ya que pueden marcar una gran diferencia en la organización. Del mismo modo, es preciso formar a los equipos profesionales en habilidades de prevención, dotándoles de herramientas y conocimiento para la identificación de señales tempranas que puedan estar indicando algún tipo de dificultad latente en su equipo.
Formación para trabajadores en salud mental: alfabetización y sensibilización
El estigma y la falta de conocimiento en torno a los trastornos mentales hace que la identificación de síntomas y la búsqueda de ayuda sea muchas veces tardía. En este sentido, uno de los primeros pasos cuando se implementan políticas de Salud Mental en las empresas es derribar el estigma que rodea a la salud mental, y que puede actuar como barrera limitante para la búsqueda de ayuda. Por ello, proporcionar conocimientos a los empleados sobre las enfermedades mentales y sobre su abordaje, resulta esencial de cara a prevenir su aparición y, en su caso, detectarlos de manera temprana. Esta información permite que, quien lo necesite, pueda iniciar un tratamiento y recuperar su salud y funcionalidad lo antes posible.
Asimismo, existe mucha evidencia que permite corroborar que los programas de formación y alfabetización en salud mental generan efectividad en quien los recibe, ya que permiten acercar a los empleados a una mayor toma de conciencia sobre la necesidad de cuidar su salud mental y, por tanto, como resultado, se consigue mejorar el bienestar y la salud de las personas.
Cuidar la salud mental de uno mismo
Las políticas de las empresas en torno a la salud mental, que incluyen acciones de formación y la disposición de recursos para la totalidad de la plantilla, como los Programas de Apoyo al empleado, permiten adquirir conocimientos para aplicarlos a nivel individual. Todo ello resulta importante de cara a saber detectar, reconocer y saber cómo afrontar una situación adversa.
En esta línea, desarrollar habilidades para gestionar el estrés puede conceder al empleado un gran poder dentro de su crecimiento, tanto en su vida personal, como a nivel profesional, dentro de la empresa. Aprender a establecer prioridades, mantenerse en contacto con personas que puedan brindar apoyo emocional, realizar actividades relajantes como meditación o yoga, hacer actividad física o dormir lo suficiente, son prácticas que pueden ayudar a cambiar la perspectiva y tomar distancia de los problemas.
Asimismo, está demostrado que mantenerse activo ayuda a reducir los síntomas y la posibilidad de desarrollar enfermedades mentales, como por ejemplo la depresión y los trastornos de ansiedad.
En definitiva, desde las organizaciones contamos con una gran responsabilidad: poner información al alcance del conjunto de la plantilla con el fin de permitir la toma de conciencia sobre la importancia de la salud mental, y contribuir así a la mejora de la calidad de vida de las personas, ayudándoles a derribar el estigma para que se pierda el temor a buscar ayuda de un profesional, siempre que se necesite.
Tanto la Organización Mundial de la Salud como la Organización Internacional del Trabajo han solicitado con ímpetu que se adopten medidas concretas para abordar los problemas de salud en el entorno laboral. En Stimulus como consultora líder en gestión riesgos psicosociales, lo tenemos bien contemplado y seguimos esa línea en pos de promover estrategias de salud mental en las organizaciones.