Con la crisis económica, la pandemia y el aumento del uso de las nuevas tecnologías en los últimos tiempos, no solo se han agravado los casos de ansiedad y depresión en España, sino que también ha habido un aumento en cuanto a incidencia.
En vista de que los trastornos de ansiedad son uno de los más prevalentes en nuestro país, cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿cómo se pueden combatir estos trastornos que repercuten directamente en nuestro día a día y en el desempeño laboral? En este post encontrarás toda la información necesaria sobre este tema.
¿Qué es la ansiedad?
Según la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), la ansiedad es una reacción normal ante situaciones estresantes, caracterizada por de tensión, pensamientos angustiantes y cambios físicos como, por ejemplo, el aumento de la presión arterial.
Esta respuesta de ansiedad viene en muchas ocasiones acompañada de síntomas físicos, como un ritmo cardiaco acelerado, temblores, sudoración o mareos y síntomas cognitivos como son los pensamientos intrusivos y recurrentes, que suelen se uno de los síntomas principales que presentan las personas que padecen trastornos de ansiedad.
Estos pensamientos, muchas veces automáticos, son un evocador per se de la respuesta de ansiedad y llevan a la persona a evitar enfrentarse y/o huir de aquellas situaciones que le generan una respuesta de ansiedad, aun cuando no suponen ningún peligro. El mecanismo de evitación – escape, que a corto plazo disminuye la ansiedad, en el largo plazo se relaciona con un incremento de los síntomas y una generalización de las situaciones que la provocan.
La alta prevalencia de los trastornos de ansiedad ha llevado a España a ser el líder mundial en el consumo de benzodiacepinas, según el Informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE). En España se consumen alrededor de 110 dosis diarias de relajantes con acción ansiolítica por cada 1000 habitantes.
Cabe mencionar que existen diferencias entre hombres y mujeres en los trastornos de ansiedad. La vulnerabilidad es entre 2 y 3 veces mayor en las mujeres que se encuentran en edad reproductiva, en comparación a la media de los hombres. En cualquier caso, es importante tener en cuenta que estos trastornos se manifiestan de formas diferentes de una persona a otra, y por ende, los especialistas han decidido clasificar los trastornos de ansiedad en cinco grandes categorías:
- Trastorno de ansiedad generalizada: Consiste en un estado de preocupación y nerviosismo constante, sin un a causa definida.
- Trastorno de pánico: Se caracteriza por generar sentimientos repentinos de terror y pérdida de control, a pesar de no haber ningún peligro real.
- Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC): Su síntoma principal son las obsesiones. Estas generan una gran ansiedad en quien lo sufre, y por ello, como forma de reducirla aparecen las compulsiones.
- Fobias: Es el miedo exagerado a objetos o situaciones puntuales que se manifiesta de modo intenso. Funcionan como respuesta ante un peligro, subjetivo para la persona que lo padece.
- Trastorno de estrés postraumático (TEPT): Afecta a personas que vivieron un evento grave, como por ejemplo una guerra, accidente o abuso.
¿Cuáles son las causas de la ansiedad?
La preocupación excesiva derivada de no poder controlar las situaciones y problemas, percibir esta incertidumbre como un peligro y la incapacidad para lidiar con ella, son alguno de los factores que se señalan como responsables de la respuesta de ansiedad. Por tanto, podemos decir que la principal causa de la ansiedad es la falta de control y la incertidumbre derivada de esta.
Entre los principales signos con los que se manifiesta una respuesta de ansiedad destaca el aumento de la irritabilidad y los problemas de memoria y concentración, que aparecen de la mano de la ansiedad.
Asimismo, las alteraciones del sueño asociadas a trastornos de ansiedad son muy frecuentes. Es probable que la persona que no se encuentra en un estado de tranquilidad tenga inconvenientes para alcanzar y conciliar el sueño y esto se manifieste como insomnio, parálisis del sueño o bruxismo, entre otros.
¿Cómo se relacionan la ansiedad y la depresión?
Aunque la ansiedad y la depresión son dos trastornos mentales que pueden no estar relacionados, es frecuente que se den de manera conjunta, ya que pude existir cierta comorbilidad entre ambos.
En este sentido, la ansiedad puede manifestarse como un síntoma de la depresión y esta puede desencadenarse ante un trastorno de ansiedad mantenido en el tiempo. En estos casos, podríamos hablar de un trastorno ansioso-depresivo.
¿Cuál es la diferencia entre el estrés y la ansiedad?
La ansiedad y el estrés son dos conceptos que, aunque resultan similares y fácilmente se confunden, es importante saber diferenciarlos.
En líneas generales, el estrés hace referencia a una respuesta de activación psico-fisiológica automática y biológica, que sostenida en el tiempo puede suponer un peligro para nuestra salud. Por su parte, la ansiedad hace referencia a la respuesta frente a este tipo de respuestas. En otras palabras, la ansiedad funciona como reacción del cuerpo al estrés.
Si bien utilizar estos términos coloquialmente puede generar confusión, es importante saber diferenciar entre ansiedad y estrés. Principalmente, el estrés se genera a partir de un estímulo que si es eliminado puede hacerlo desaparecer, mientras que la ansiedad puede manifestarse, aun no habiendo un claro estímulo o situación que lo genere, por una interpretación irracional y exagerada ante un potencial peligro.
¿Qué es la ansiedad laboral?
Aunque la ansiedad genera en nuestro cuerpo la misma respuesta independientemente del desencadenante, cuando la situación que la provoca está relacionada con el trabajo, podemos hablar de ansiedad laboral. Esta hace referencia a la respuesta que aparece por la anticipación de situaciones y peligros derivados de estos en el entorno de trabajo.
Alguna de las principales causas de la ansiedad laboral son:
- El miedo a fracasar
- La auto exigencia o búsqueda de perfeccionismo
- Los problemas personales
- La baja autoestima
- Los horarios estrictos o la poca flexibilidad
- La mala gestión del tiempo o desorganización
- La presión y la alta exigencia
- El acoso o malas relaciones intrapersonales
- La incertidumbre y la falta de estabilidad
Los síntomas de la ansiedad en el lugar de trabajo pueden aparecer de distinta forma e intensidad según cada persona. Sin embargo, lo más común es aparezcan síntomas a nivel emocional, cognitivo, físico, y comportamental. Y, aunque la causa o el origen de la ansiedad sea derivado de una situación laboral, esta puede tener un impacto en el bienestar y en la calidad de vida de quien lo sufre, pudiendo llegar a repercutir en su vida personal y social.
Consecuencias de la ansiedad en el trabajo
Una de las principales consecuencias de la ansiedad laboral es el absentismo. La falta de tolerancia o la incapacidad de sostener situaciones hostiles, pueden generar que el empleado llegue a su límite y opte por la vía de ausentarse a cumplir sus responsabilidades de trabajo.
De igual manera, la ansiedad tiene una influencia directa sobre la productividad laboral. La falta de concentración genera que las tareas se posterguen y se pierda eficacia. Asimismo, el incremento de irritabilidad puede generar un clima laboral hostil y la presión y las altas exigencias pueden hacer que el trabajo se haga de manera incorrecta.
En el peor de los escenarios, los trastornos de ansiedad pueden derivar en bajas laborales, de diferente duración según la gravedad del cuadro.
¿Cómo gestionar la ansiedad en el entorno de trabajo?
Manejar la ansiedad laboral de los empleados en las organizaciones no es una tarea sencilla y requiere un comportamiento activa por parte de la empresa.
Sin embargo, conviene prevenir este tipo de situaciones a través de evaluaciones específicas y, en caso de haberse producido resulta conveniente identificar cuáles son las características del entorno de trabajo que pueden estar impactando en la salud de los empleados. De esta manera, se puede llevar a cabo un plan de acción que tenga un beneficio sobre los trabajadores.
Técnicas para lidiar con la ansiedad
Aunque son muchas las formas de intervenir, se puede hablar de dos técnicas principales para lidiar con la ansiedad.
La primera de ellas es la Técnica de Restructuración Cognitiva. Es una técnica de terapia psicológica cognitivo-conductual que tiene como objetivo moldear patrones de pensamientos negativos. El objetivo de esta técnica reside en modificar los pensamientos irracionales por otros más adaptativos y ajustados a la realidad.
Por otro lado, para controlar los síntomas a nivel físico, podemos aprender a controlar nuestra respiración mediante Técnicas basadas en la respiración diafragmática. Las técnicas basadas en la respiración son técnicas de relajación que ayudan a reducir la tensión física y los pensamientos intrusivos y pueden practicarse en cualquier momento y lugar.
Qué recursos se emplean en el entorno de trabajo para la gestión de la ansiedad
Los Programas de Apoyo al Empleado suponen un buen recurso para evitar la aparición de problemas de salud mental.
En Stimulus ponemos a disposición de las empresas el Programa de Apoyo al Empleado como una gran alternativa para manejar la ansiedad, y otros trastornos que puedan estar afectando a los empleados. Este Programa brinda apoyo psicológico y emocional a todos los trabajadores de la organización, mediante asistencia telefónica 24h los 365 días del año, consultas presenciales y/o videoconsultas.
Muchas empresas ya han experimentado mejoras en la productividad gracias al Programa de Apoyo al Empleado. En Stimulus apostamos plenamente por los trabajadores y ponemos recursos a alcance de las empresas y sus trabajadores. Contacta con nuestra consultoría líder en la gestión de los riesgos psicosociales en el trabajo.
