El pasado 15 de abril de 2021, la Inspección de Trabajo publicó el Criterio Técnico 104/2021, en el cual se enfatiza la importancia y necesidad de llevar a cabo un control preventivo, y en el que también se señala la obligación del empresario de proteger a los trabajadores de los riesgos psicosociales. Este criterio, además de asegurar el cumplimiento de las obligaciones legales, trata de velar por la seguridad y la salud de los trabajadores.
En él se resalta el papel de la empresa, como agente responsable en la prevención y actuación de los riesgos psicosociales, presentes y futuros, que pueden poner en riesgo la salud de sus empleados. Asimismo, destaca la obligación de evaluar los riesgos psicosociales, como herramienta para identificar y monitorizar aquellas condiciones de trabajo que pueden afectar a la salud física y mental del trabajador.
¿Qué son los factores de riesgo psicosocial en el trabajo?
Según el Instituto Nacional de Salud y Seguridad en el trabajo (INSST) los factores de riesgo psicosocial son ¨aquellas condiciones presentes en una situación laboral directamente relacionadas con la organización del trabajo y su entorno social, con el contenido de trabajo y la realización de la tarea y que se presentan con capacidad para afectar el desarrollo del trabajo y la salud física, psíquica o social del trabajador¨. En definitiva, son las condiciones presentes en el trabajo, que tienen la capacidad para afectar al bienestar y a la salud de los trabajadores.
Por su parte, la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (OSHA), reconoce la alta carga de trabajo, las exigencias contradictorias, la falta de claridad en las funciones, la falta de participación en la toma de decisiones e influencia en el trabajo y la falta de apoyo social, como alguno de los principales factores de riesgo psicosocial.
Riesgos psicosociales en el trabajo
A diferencia de los factores de riesgos psicosociales, que hacen referencia a la organización del trabajo, los riesgos psicosociales son hechos, situaciones o estados, que tienen una alta probabilidad de afectar a la salud del trabajador y cuyas consecuencias suelen ser importantes.
Los principales riesgos psicosociales presentes en las organizaciones son:
- El estrés: reconocido como uno de los riesgos psicosociales más comunes en el ámbito laboral, que se puede definir como un estado de activación que, cuando se cronifica, puede dar lugar a la aparición delSíndrome de Burnout.
- La violencia: entendida como ¨cualquier tipo de comportamiento agresivo o insultante susceptible de causar un daño o molestias físicas o psicológicas a sus víctimas, ya sean estos objetivos intencionados o testigos inocentes involucrados de forma no personal o accidental en los incidentes” (Organización Internacional del Trabajo, OIT)
- La fatiga: derivada de la ordenación del tiempo laboral y presente principalmente en los trabajos con horarios a turnos.
La exposición a estos riesgos puede provocar la aparición de problemas cognitivos, emocionales y conductuales. Además, una exposición prolongada en el tiempo puede causar un impacto en la organización y dar lugar a graves problemas de salud.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo psicosocial?
Los factores de riesgo asociados al trabajo no son inherentes a él si no que, en función de cómo este esté organizado y estructurado, pueden aparecer y causar un daño para la salud. Este escenario deja margen de acción para prevenir la aparición de los riesgos psicosociales.
A continuación, se mencionan los principales factores de riesgo y algunas recomendaciones propuestas por el Instituto Nacional de Salud y Seguridad en el trabajo (INSST):
En primer lugar, el horario laboral es bien conocido como uno de los factores de riesgo presentes en las organización. Alguna de las medidas que se facilitan para evitar la aparición de la fatiga y otros riesgos psicosociales, derivados de este, es la flexibilidad horaria que permite un cierto margen de decisión por parte del trabajador y facilita la conciliación de la vida laboral, personal y familiar.
Por su parte, la falta o el exceso de autonomía se relaciona con una mayor probabilidad de aparición de riesgos psicosociales, como por ejemplo el estrés, entre otros. La sensación de urgencia e inmediatez en la solicitud de nuevos trabajos y tareas puede hacer que se altere la programación prevista y se produzca una disminución en la percepción de autonomía. En este sentido, los procedimientos de trabajo deben facilitar un margen suficiente de autonomía para el trabajador.
La sobrecarga de trabajo, tanto cuantitativa como cualitativa, puede verse agravada por la inexistencia de políticas adecuadas de desconexión digital. La carencia de este tipo de normativas, así como la falta de formación e información acerca de los riesgos de una conectividad permanente, pueden potenciar la aparición de daños para la salud tanto física como psíquica.
En este contexto, se recomienda adoptar medidas de desconexión digital para evitar el uso inadecuado de dispositivos fuera de la jornada laboral, con el objeto de limitar la disponibilidad permanente y la consiguiente acumulación de fatiga informática. La prolongación de la jornada laboral y la conectividad permanente pueden provocar una disminución del tiempo de descanso, tanto mental como físico, lo que repercutirá en las capacidades y el rendimiento del trabajador.
Por otro lado, la falta de desconexión puede aumentar la percepción de estar expuestos a altas cantidades de demandas psicológicas de naturaleza cognitiva. En este sentido, la tecnología facilita la interrupción en las tareas, haciendo que dediquemos menos tiempo a cada una de ellas y tomemos decisiones menos reflexivas y meditadas.
Otro de los factores a tener en cuenta son las consecuencias derivadas de las escasas compensaciones del trabajo. El esfuerzo que realizan los empleados para llevar a cabo el trabajo debe estar equilibrado con las recompensas que se reciben por este. La ausencia de políticas específicas sobre la promoción, el desarrollo profesional o el crecimiento, desde el punto de vista salarial, se asocian con un escenario de mayor riesgo, desde el punto de vista de la prevención y la salud psicosocial.
Por último, de cara a prevenir la aparición de los riesgos psicosociales, es importante permitir la participación de los trabajadores en aquellos aspectos que impactan sobre su trabajo diario.
Consecuencias de los riesgos psicosociales
Si bien es cierto que entre las principales consecuencias a nivel individual destacan las alteraciones de la conducta de los trabajadores, y las alteraciones en la capacidad cognitiva y emocional, los riesgos psicosociales también tienen un impacto en la organización. Así, estos se relacionan con un descenso en el rendimiento y productividad, el aumento del absentismo y rotación, e incluso bajas laborales de larga duración.
¿Cómo prevenir los riesgos psicosociales?
Cualquier acción preventiva debe estar dirigida a evitar la aparición de los riesgos psicosociales. En este sentido y más allá de la obligación legislativa, la evaluación de riesgos psicosociales es una herramienta de gran utilidad para monitorizar y prevenir su aparición, permitiéndonos identificar qué factores de riesgo están presentes y pueden tener un impacto en la salud de los trabajadores.
Asimismo, evaluar los riesgos psicosociales permite detectar necesidades y establecer planes de acción dirigidos a modificar aquellas condiciones de trabajo que están incidiendo sobre la salud de los trabajadores.
En este sentido, algunas de las acciones que se pueden realizar son: redefinir las condiciones de trabajo, realizar cambios en los modelos de liderazgo a través de la formación para el desarrollo de competencias orientadas hacia el liderazgo saludable y formar a los empleados para dotarles de herramientas de afrontamiento eficaces.
En definitiva, la evaluación de riesgos psicosociales permite establecer estrategias organizacionales orientadas a la prevención, el mantenimiento y la mejora de la salud y la calidad de vida de los trabajadores.
Metodologías de Evaluación de Riesgos Psicosociales en la empresa
Entre las diferentes metodologías de evaluación, podemos mencionar, en primer lugar, la evaluación cuantitativa, realizada a través de cuestionarios validados específicamente en la población a evaluar. El uso de cuestionarios estandarizados, que cumplan con las medidas de fiabilidad y validez para la población especifica a evaluar, es imprescindible en toda evaluación psicosocial. Por otro lado, cabe destacar la evaluación cualitativa, realizada a través de focus groups o grupos de discusión.
Estas dos, lejos de ser independientes, permiten enriquecer y obtener información específica y de calidad sobre la organización y los colectivos específicos evaluados.
Método de evaluación psicosocial FPSICO 4.0
La herramienta de evaluación FPSICO 4.0 es un procedimiento de evaluación psicosocial, diseñado por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el trabajo (INSST), que permite evaluar los factores psicosociales del trabajo, y obtener resultados segmentados por colectivos específicos. Esta herramienta presenta unos indicadores psicométricos adecuados, y ha sido validada en población española.
Método CoPsoQ-istas21
Otra de las metodologías de evaluación de riesgos psicosociales en la empresa es la CoPsoQ-istas21, que consta de un proceso de intervención participativo que garantiza el protagonismo de los agentes sociales. Este método es formalizado y pautado paso a paso, facilita la acción en el origen de los riesgos.
Esta metodología es aplicable a todas las empresas y está basada en la lógica preventiva, la investigación y la normativa de prevención de los riesgos laborales.
Tanto la Organización Mundial de la Salud como la Organización Internacional del Trabajo han pedido que se adopten medidas concretas para abordar los problemas de salud en el entorno laboral. En Stimulus, como consultora líder en gestión riesgos psicosociales, contamos con la metodología, la experiencia y profesionales especializados en la evaluación de los riesgos psicosociales. Nuestro objetivo es promover estrategias de salud mental en las organizaciones.